La elaboración de aceite de oliva en Portugal ha ido aumentando en los últimos años gracias a las innovaciones en las técnicas de producción. Esto ha derivado en una mejora en la calidad del aceite portugués, y el país luso ha pasado a ser uno de los mayores consumidores de aceite de oliva virgen extra por detrás de España, Italia y Grecia. La principal variedad de olivo en Portugal es la Galega, procedente de las regiones de Alentejo y Cobrançosa, que es autóctona de Tras-os-Montes.